Perruna

Cómo dedicas tiempo a tu perro es la clave para una relación sana y un buen vínculo.

«No me da tiempo, venga vamos que no llegamos, no tengo tiempo, corre que llegamos tarde…» Y un sin fin de frases como estas solemos repetirlas varias veces al día y no nos damos cuenta de que siempre vamos con prisas, corriendo de un lado para otro.

El tiempo, la clave del éxito

Pero nuestro perro SÍ se da cuenta.

Se da cuenta de que le ponemos el desayuno, el arnés y la correa a toda prisa para salir a la calle porque no llegamos a trabajar… Es consciente de que salimos a toda velocidad, de que vamos corriendo hasta el parque… y esto, día tras día, hace que nuestro compi empiece a estresarse y a tener ansiedad. Por nuestras prisas, por no darle el tiempo que necesita para relacionarse con su entorno desde la calma.

ROMPE EL BUCLE

Cuando estés con tu perro deja a un lado las prisas, no importa si tienes una hora o 15 minutos. Aprovéchalos para disfrutar con él. Sal a pasear sin un destino en mente, olvídate de llegar a ninguna parte, porque no se trata de llegar corriendo a ningún sitio, sino de disfrutar del camino juntos.

Ellos ven el mundo de forma diferente a nosotros, por ello, necesitan más tiempo del que pensamos para asimilar una situación, cómo puede ser el encuentro con otro perro o sencillamente un olor interesante. Dale a tu perro el tiempo que necesita para asimilar y gestionar una situación y acompáñalo en el proceso. Verás cómo cada día está más relajado.

Red y Jazz


Aunque a veces pueda parecer que no tenemos tiempo, cinco minutos dan para mucho. Puedes jugar con tu perro y un mordedor, hacer un juego de olfato, practicar habilidades, compartir un rato de masticación o trabajar una situación X ( como puede ser aumentar la tolerancia hacia aquello que no le gusta o le hace sentirse inseguro).

En resumen, ofrécele a tu perro TIEMPO DE CALIDAD. No tiene porqué ser mucho rato. Pero durante ese tiempo, dale toda tu atención, deja el móvil, las prisas y todo lo demás para estar con tu perro, acompañarlo y crecer juntos. Estos pequeños cambios en vuestra rutina fortalecerán vuestro vínculo, ayudándoos a tener una relación sana y equilibrada.

No se trata de cuánto tiempo le dedicas a tu perro, si no de cómo se lo dedicas.